Sunday 22 March 2009

JED HILL


















































































































































































































































































































































































































































































1 comment:

Anonymous said...

JED HILL UN HIJO DE ZEUS
poema de Oscar Portela

Jed, no es Apolo no, el que sembró su semen
en las islas Egeas para que nazcas tu,
hijo de Zeus y envidiado por el Olimpo entero.
Así tu reino – construido por porfido y con sangre –
es el de todo súbdito que ama el vasallaje
del amor, al que rendidos – prosternados,
uncen la savia de sus vidas: dese modo
tu padre olímpico creó tu cuerpo de titan para
que nunca mueras y des el pan y el vino a quien lo necesita.
¡Ah, que bello eres señor mío! ¡Zagreus!… ¡Zagreus!
¡Más dulce que la miel de las colmenas de Palmira
en donde rinden culto a tu hermosura-
y es tu abraso de amor el liquido que llevas
para que brote de la tierra
simiente clara de otra raza de reyes.
¡Ay, si por instantes tu eternidad penetrase
en mi cuerpo, leve me elevaría hacia los cielos,
y besaría la ingle de donde brota
el tallo que florece fulgente como flama
para que nadie muera, pues traes la eternidad
en él, tu sembrador de la ambrosia!
Y yo, como custodio del templo en el que
finges dormir, vivo por siglos
para que la luz de tus transformaciones
no se apague y como el rayo que te engendró
cruce los tiempos hacia el retorno- y lance
la flecha de la felicidad perfecta,
encarnada en la divinidad de carne y hueso
y metamorfoseado en otros que son tu mísmo,
Jed Hill, oh semidiós y amante.
Ahora Jed, ayer Heracles y en otros
tiempos otro pero el mismo.
Nadie blasfeme en el templo del más bello
titan el cual jamás demora su llegada al puerto
de la humana esperanza.
Yecto y rendido antes tus plantas
beso tus piernas que son columnas jónicas,
y asciendo hacia la inagotable fuente de tu sexo-
besando con ardor tus labios fuentes-
- buscando tú desnudo torso como coraza donde guardar
fragilidad y hastío.
Soy tuyo Jed. Otro súbdito más
que adora a Pan y sabe en su corazón quien eres-
la multiplicidad de dioses escondidos tras de todas
las cosas deste mundo.